Mujeres creando funciona en el espacio bilocado “La Virgen de los deseos”, con doble sede en La Paz y en Santa Cruz de la Sierra. Temidos centros de operaciones para el machirulismo boliviano, estas trincheras de gran influencia en la vida de la mariconada deseante, gracias a su empuje constante a la descolonización, han servido, según Galindo, como expresión concreta del movimiento. “Es un espacio de política que concretamos en lo cotidiano a pesar de los patriarcados y a pesar del Estado; es un laboratorio de experimentación educativa y también es simplemente una hermosa casa reacondicionada por nosotras. Cuando invitamos a Silvia Federici a Bolivia, ella entró y me dijo: ¿María qué es esto? Y yo le respondí: esto es una fábrica de justicia. «La virgen de los deseos» es un espacio autogestionario, una disputa del imaginario de justicia que le hacemos al estado boliviano, día por día y mujer por mujer.
Y también es, entre otras cosas, un medio de comunicación de gran alcance…
Sí, compañera, se llama Radio Deseo. Yo estoy con un programa ahorita dedicado a las elecciones que se llama Votar rima con vomitar. Hay más de veinte productores y productoras de programas independientes que salen en nuestra radio, uno de ellos muy lindo, tiene un título hermoso, se llama Las intransigentes y es producido por tres mujeres trans. Estamos a punto de inaugurar una agencia de empleos también en La virgen de los deseos, porque el desempleo es uno de los problemas principales de las mujeres. Queremos vender servicios que tienen que ver con los cuidados, pero a precios justos para las mujeres, negociándoles contratos. Esta agencia se llama Sin patrón ni patrona.
Te entrevisté por primera vez en La Paz, hace 10 años, en la época en que Evo dijo que no era bueno comer pollo porque las hormonas producían homosexualidad. Recuerdo las críticas que le hacían por su homofobia y también que, por otra parte, el proyecto de «La virgen…» estaba en su esplendor. ¿Qué ha cambiado en todo este tiempo para Mujeres creando?
En estos últimos años, nosotras hemos establecido siempre alianzas múltiples con diferentes sectores. Con las trabajadoras del hogar, con las propias Bartolina Sisa, alianzas que nos han moldeado, sin embargo hay muchas que no son más posibles. Y muchos movimientos sociales han sido destruidos por dentro, sus estructuras democráticas, movimientos cooptados por el gobierno de forma abusiva, entonces yo siento más soledad. Mujeres creando para el gobierno de Evo Morales es una mala palabra.
¿A raíz de qué puntualmente le pediste públicamente a Evo que se hiciera una vasectomía?
Evo lanzó hace algunos días una especie de decálogo de lucha contra los feminicidios y la violencia contra las mujeres, y lo ha hecho de espaldas a las mujeres. Entonces yo le he pedido que se haga una vasectomía, además porque él es conocido por ser un padre irresponsable, por tener un número indeterminado de hijos e hijas. Lo hice en una de mis columnas que salen en un periódico boliviano una vez a la semana. Aquél era un decálogo retórico y lírico, totalmente oenegero.
¿Y qué políticas se instalan en Bolivia junto con la intervención de las ONGs?
Lo que se ha afincado en las ONGs fundamentalmente desde los 80, ha sido lo que nosotros llamamos la tecnocracia de género: un conjunto de funcionarios que manejan la categoría de género para adecuarla y funcionalizarla al modelo neoliberal y al papel que tienen que cumplir las mujeres dentro de ese modelo, que básicamente es de amortiguadoras de la crisis económica. Las ong crean mecanismos ficticios de resolución del conflicto estructural en el que estamos las mujeres frente al patriarcado. En ese sentido responden a las lógicas coloniales.
¿Por que militás por la abolición del matrimonio igualitario?
Claro que sí, compañera. El derecho al matrimonio igualitario lo vienen vendiendo como conquista y como demanda ineludible de los movimientos LGBTI del continente y prácticamente del mundo, lo venden como un proceso emancipatorio, y a mí me parece un error histórico grande. Por supuesto que respeto a cualquiera que quiera casarse, descasarse, anti casarse, que quieran lo que quieran, pero creo que es importante que entendamos que el matrimonio es un contrato de sometimiento, surgido en el proceso de construcción de las jerarquías patriarcales de la sociedad. Si quieren conquistar el matrimonio igualitario conquisten también el divorcio igualitario. Pero más allá del matrimonio sí o no, creo que es poco creativo repetir las mismas demandas de sociedad en sociedad, demandas que nacen de norte a sur y al mismo tiempo sin ningún tipo de análisis histórico, reduciendo la capacidad de los movimientos a la demanda de algún derecho. Perdemos energía valiosa en demandar un derecho y supuestamente celebrar su conquista, si esa energía la invirtiéramos en procesos políticos más profundos estaríamos cerca de procesos de transformación de la sociedad que son fundamentales.
BOLIVIA: EL CULO DEL CULO
Procesos importantes decís, que pueden estar hechos, pienso, por leyes importantes como la que se acaba de lograr aprobación en La Paz, para la regularización de los locales de prostitución…
Quiero dejar claro que esa ley ha sido redactada en «La virgen de los deseos» por una organización que se llama Organización de Mujeres En Situación de Prostitución (OMESPRO) y Mujeres creando, tomando sopa y matándonos de risa. Cuando la llevamos al gobierno municipal para que la aprueben, primero quiso mezquinarnos, enredarnos en una discusión, pero logramos igual su aprobación porque aprovechamos la perplejidad y la idiotez del Estado frente a nuestra propuesta, discutimos palmo a palmo hasta lograr una ley escrita. Casi casi en su totalidad en nuestros términos.
Dijiste que esa ley es una novedad que si hubiera sucedido en Buenos Aires, Santiago de Chile o Ámsterdam habría ocupado los diarios de todo el mundo…
Digo que hubiera sido una noticia de primera plana si hubiera sido en cualquiera de esas sociedades primero por lo que representa Bolivia: es el culo, no del mundo sino de Sudamérica, o sea que es el culo del culo. Una especie de no lugar del mapa, por eso muchas de las cosas que hacemos que son realmente de una originalidad importante, quedan como en sombras, en el espacio local que a nosotras como feministas nos mezquina a su vez los escenarios de debate. No sólo esta ley sino el conjunto de prácticas que nosotras desarrollamos alrededor del universo de la prostitución, no responden a una posición neutra y resultan ser una propuesta absolutamente diferente. En ese sentido, creo que se podría además implementar a cualquier escala, en cualquier otra ciudad del mundo.
Recibieron amenazas de las mafias de la zona de El Alto en La Paz cuando quisieron llevar allí, ¿verdad?
Cuando logramos la aprobación de esta ley a finales del año pasado, saltamos de alegría y pensamos con optimismo que podría llegar a todos los gobiernos municipales del país porque es una ley que tiene jurisdicción en el territorio y hoy la prostitución es una cuestión urbana, o peri urbana en otros casos. Entonces al primer municipio donde la quisimos lanzar fue en El Alto, donde las mafias proxenetas son muy fuertes. La quisimos lanzar empezando con nuestra campaña de denuncia a esas mafias de las que tenemos muchísimo conocimiento. Cuando fui con otras compañeras a hacer la denuncia fuimos a la policía y no querían tomárnosla. Nos amenazaron de muerte por los teléfonos y tuvimos que exigir que la policía nos saque de la comisaría que estaba rodeada de gente que nos quería atacar. Salimos con escoltas y nunca pudimos concretar nuestras denuncias. Las mafias proxenetas asociadas con la policía, impidiendo que nosotras extendamos esta ley para locales autogestionarios, cooperativas de prostitución entre iguales, sin dueños, sin patrones, sin proxenetas.