Conversamos con María Galindo, una de las voces más subversivas del feminismo boliviano. Fundadora del colectivo Mujeres Creando, movimiento que lleva más de 20 años construyendo una verdadera “utopía feminista” rebelde, crítica, desobediente y profundamente poética, Galindo ha hecho del deseo, del grafiti, de la acción callejera y de la performance verdadera poesía y alquimia combativa. Debemos a Galindo el lúcido concepto de “despatriarcalización”, una potente herramienta de análisis y de desmontaje de aquellos dispositivos de poder patriarcales y coloniales que históricamente han servido para someter a las mujeres. “Indias, putas y lesbianas, juntas, revueltas y hermanadas”, tal es la matriz política inesperada y prohibida del feminismo anticolonial y antisistémico que defiende Galindo como espacio de lucha para la transformación social y personal.
En una de las paredes de “La Virgen de los deseos”, esa mágica casa de Mujeres Creando en La Paz, hay un grafiti que dice: “pensar es altamente femenino”. Situar el pensamiento, la racionalidad, cuya propiedad histórica ha sido siempre masculina y falocéntrica, como un acto femenino resulta en sí mismo un acto de subversión y de desobediencia. ¿Acaso no es eso lo que llevan haciendo en estos años desde Mujeres Creando? ¿Dar voz y palabra, apropiarse del espacio de lo político, de la calle, a través de la crítica, el deseo y la resistencia feminista?
Estamos llenas de contradicciones. Somos un espacio experimental donde nos atrevemos a todo; somos las que no tenemos nada que perder; somos menos de las que quisiéramos ser y más de las que suponen que somos; somos un equipo de mujeres al que se suman mujeres porque somos una fuerza magnética y se bajan mujeres porque simplemente no es fácil ser de Mujeres Creando en Bolivia. Nos vamos equivocando paso a paso y en tantos años de lucha y organización hay muchas veces que sentimos que todo lo hecho es arena entre las manos. Somos un equipo de trabajo y yo soy parte de ese equipo; firmamos lo que hacemos como colectivo, pero también individualmente para no borrar el esfuerzo de cada una. Combinamos trabajo manual, trabajo intelectual y trabajo creativo como tres partes de un mismo proceso separado y jerarquizado por el capitalismo.