No nos maten por una silla

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El día de las elecciones, a pesar de todas las arbitrariedades cometidas durante todo el proceso electoral, arbitrariedades que han sumado, una a una, rabia y desconfianza, la gente ha ido a votar con una tranquilidad y un aplomo colectivo impresionantes.

Sin insultos, sin ni un solo acto de violencia, demostrando una vez más en la historia de este país que las soluciones vienen desde abajo. Hemos demostrado que el problema está en los políticos y que los odios que cultivan les sirven a ellos, y a nadie más.

Esa actitud generalizada ha sido un mensaje colectivo que decía: respeten nuestro voto, por favor.

Es la suspensión inesperada, sospechosa, irresponsable e inexplicable del conteo rápido, suspensión para la que la presidenta del Tribunal Electoral no ha dado ninguna explicación, lo que ha levantado la desconfianza, la rabia y la ira explosiva.

Lo sucedido en todos los tribunales departamentales es responsabilidad de la sala plena del tribunal supremo de la mentira electoral, que bien se ha ganado el nombre de sala funeraria de la democracia. La desconfianza en los resultados electorales que nos anuncian tiene esa causa y esa responsabilidad.

¿Cuál es la salida?

La salida el domingo era no suspender el conteo rápido, tan simple como eso.

¿Cuál es la salida hoy? ¿En manos de quién dejarían esa salida? Así como no dejaría a un bebé pequeño, un animalito y ni siquiera una planta al cuidado de personajes como Quintana, Romero o García Linera; de la misma manera dejar la salida en manos de hombres así, cuyo único interés es el poder y el dinero, es suicida. Dejar, por otro lado, la salida en manos de Camacho del Comité Cívico Pro Santa Cruz, dejar la salida en manos de machistas que entienden esta disputa como una disputa de poder, es abrirle las puertas al fascismo; es abrir los ataúdes una vez más para que gane, una vez más, el más fuerte, el más sanguinario, el más impune.

Convertir el fraude en un enfrentamiento racista es impulsar, desear y promover el racismo.

Convertir el fraude en una polarización social del país entero es fascistizar la discusión. Esto no es indígen@s contra blanc@s; ni citadin@s contra campesin@s; ni cambas contra collas.

Los sentimientos regionales en Sucre, Potosí, Tarija, Pando y Santa Cruz frente a un tribunal electoral que no tiene credibilidad, nos colocan frente a una crisis política generalizada. Se engaña el Gobierno si cree que puede reeditar la burla del voto como lo hizo en el referendo. Se engaña el Gobierno si cree que este es un problema de Mesa, el problema está también en su mesa.

Por eso creo que es urgente que un grupo grande de mujeres tome la iniciativa de proponer una solución al país para salir de la lógica de pelea de gallos, propia de caudillos y salvadores que se erigen como encarnación de la patria y del pueblo.

Convoco a Cecilia Requena, Loyola Guzmán, Carmen Almendras, Graciela Toro a la renunciante vocal del Tribunal de Sucre, a las escritoras Liliana Colanzi y Magela Baudoin, a la politóloga Elena Argirakis, a la mujer policía que se negó a reprimir Potosí, a la presidenta del Tribunal Electoral de Santa Cruz; convoco a las periodistas de consciencia, que las hay muchas, a que formemos una mesa de diálogo para proponerle al país otra salida, que no sea la de desatar el odio.

La lógica de unos contra otros y si no estás conmigo estás contra mí es la lógica de pelea de gallos que viene gobernando y gastando al país históricamente.

Estoy convencida de que podemos llegar a una agenda de soluciones democráticas diferente a la que pueden plantear hombres deshumanizados y angurrientos de poder.

Así como no les dejaría al cuidado de la wawa, de la mermelada, ni del caldo; no les dejo al cuidado de la democracia ni del voto.

Podemos hacerlo y salir, por una vez en la historia, de esta gastada lógica patriarcal. Es cuestión de lanzarnos a sembrar esperanzas, a repartir flores, a gritar rebeldías, a abrir puertas en el cielo y no nichos en el cementerio. Nosotras nos jugamos el país, no el poder; nosotras nos jugamos las libertades, no el gobierno. Nosotras nos jugamos las esperanzas, no los cargos.

Se han quedado opas

Editorial públicada en Página Siete el 21/10/2019

Su militancia grita en el Palacio Evo no estás solo, pero Evo está solamente rodeado de llunkus. No habló Álvaro García Linera, ni Ramón Quintana ni Manuel Canelas. Fue Evo el que tuvo que tomar la palabra y no supo reconocer la derrota. Dicen haber ganado, pero sus rostros reflejan una incapacidad de reaccionar, no son capaces de reconocer la derrota. 

Con arrogancia, Evo anuncia su triunfo y no dice ni una palabra de la inminente segunda vuelta. Lo que se nota es que no se la esperaban, hace rato que no salen a la calle, su perplejidad muestra que se estuvieron mintiendo a sí mismos en ese círculo tóxico en el que se ha convertido el MAS hace mucho tiempo.

Patearon a l@s indígenas del Tipnis y eso el Beni se los cobró.

Quemaron el bosque chiquitano y eso Santa Cruz se los cobró.

Malgastaron el dinero en palacios, helicópteros y propaganda dulzona y falsa, y eso se cobró en todo el país.

Dejaron de dialogar con la gente y nos faltaron el respeto a tod@s y eso la población se los cobró.

Los movimientos sociales fueron una pantalla con dirigentes sin bases y eso la población se los cobró.

Asfixiaron a los medios de comunicación manipulando hasta las listas de invitad@s y eso tampoco les sirvió.

El voto obtenido por Carlos Mesa es un voto que tiene como único contenido inequívoco el repudio al MAS y sus arbitrariedades, por eso se puede quizás decir que Mesa no ganó, sino que es Evo quien perdió. No le sirvió no hacer debate ni ir a las entrevistas, su prepotencia es lo que lo llevó a esta derrota ya irreversible a esta hora.

La tranquilidad con la que la gente fue a votar, la fuerte movilización generalizada por el control del voto en un clima en el que nos han quitado ya todo,  hace que la votación tenga una fortaleza importante. No podrán negar los resultados ni podrán ensayar retórica alguna para no reconocer que deben ir a una segunda vuelta.

Irónicamente, l@s  masistas están en el Palacio Quemado y no en la Casa Grande del amo que se convertirá en el símbolo nítido del extravío del evismo.


Puedes ver nuestros grafitis en: Grafiteada post elecciones 2019

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