En todos los países del mundo; en el norte y en el sur, en el este y en el oeste,en todas las culturas del mundo; las occidentales, las orientales, entre indígenas como entre no indígenas…la violencia de los hombres contra las mujeres deja cientos de miles de muertas y sometidas.
Es inocultable la complicidad de los Estados y las Iglesias con la violencia contra las mujeres en todas las sociedades del mundo. Por eso su ineficacia, su respuesta burocrática, policiaca y culpabilizante de la mujer que sufre violencia.
El tema de la violencia contra las mujeres viene siendo disfrazado con una serie de palabras encubridoras:
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Violencia intrafamiliar: ocultando la relación victimador-víctima.
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Violencia de genero: ocultando al sujeto que la comete –el hombre- y al sujeto que la sufre –la mujer-.
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Violencia domestica: ocultando su sentido como instrumento de castigo control, ejercicio de poder y disciplinamiento de la vida de las mujeres y sobretodo encubriendo su sentido y función politica. Someter a la esposa, controlar a la hija, subordinar a la hermana.
La violencia contra las mujeres por otro lado es uno de los temas de la lucha feminista que ha sido cooptado por los estados y las ONGs. Diluyendo las interpretaciones y las iniciativas políticas que hemos ido construyendo las feministas de todas partes del mundo.
El trabajo que les presento recupera la voz, el cuerpo y la practica de Las Amazonas un colectivo de mujeres migrantes habitantes de los suburbios de Buenos Aires, mujeres cuya sabiduría esperamos que se riegue desde allí hacia el mundo entero. Mujeres indomables cuya voz enciende rebeldía, alegría, solidaridad y libertad.